¡Ya se murió Federico!,
¡ya se murió su poema!,
¡ya se murió su risa!,
¡ya se murió su pena!,
¡ya se quedó enterrado!,
¡ya quedó bajo tierra!.
Pero él sigue viviendo,
en algún lugar de ésta tierra,
sea cielo o sea tierra.
Él vive en mi corazón,
como una flor recién nacida,
que me inspira lo que hay que escribir,
que me ilumina lo que he de decir,
que me abre caminos dentro de mi y
sé que con la ayuda de otros y de mí,
lograremos escribir lo que él no pudo
escribir, recitar y sentir.
[icon name='envira' title='Sorgente'] • Hermoso poema de una niña •
[icon name='file-image-o' title='Media'] • Pinterest • • •
No se han encontrado comentarios