El Estado moderno como aparato que come recursos (Deleuze), se sostiene por el sometimiento de minorías. determinadas reivindicaciones, como las nacionalistas-luego-terroristas (que si fueran escuchadas en realidad se constituirían en Estados. problemas con solución son postergados en favor de un supuesto nosotros que nadie sabe qué alcance tiene. lo cierto es que nos incluye a todos en una misma pirámide social, pero en la que cada individuo está tan profundamente diferenciado que esas diferencias pueden entonces ser pensadas en términos estadísticos. Foucault le dice a ese sujeto abstracto población: no se trata de personas reales sino de números predecibles que en tanto conjuntos abstractos pueden dar cohesión a masas originalmente amorfas, y hacer de ellas elementos concretos que tienen comportamientos fijos y regulares. que, de hecho, los tienen, ¿acaso no todos conocemos gente que está atrapada por la rutina? el grado de este atrapamiento refleja a nivel psíquico la circunstancia económica (material, física, corporal, experimentable, TANGIBLE) de la explotación), son demonizadas y privadas de una porción progresivamente mayor de sus recursos. La expropiación no es meramente originaria, es permanente. pero no es absoluta, o sea, no afecta a todos por igual y de la misma manera, sino de maneras múltiples y variadas, pero relativamente graduales y jerarquizadas.
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