Me gusta la libertad, la verdad (el concepto y no su horrible forma actual), la verdadera justicia (no aquella hipotética divina, ni siquiera aquella mentirosa, hipócrita y violenta de las leyes, los tribunales y las policías), la naturaleza, el planeta, el universo, las personas verdaderas, los libros, la cultura, la sabiduría, el conocimiento, la conciencia.
Quisiera un mundo sin dinero, sin fronteras, sin dominadores y dominados, sin poderes, sin gobiernos, sin cemento, sin televisores, sin contaminación; un mundo hecho de pequeñas comunidades auto-organizadas y los mas posible auto-suficientes, que vivan del trueque, de energía limpia y renovable, con la tecnología al servicio del real bienestar de la naturaleza, y por lo tanto de la humanidad.
Quisiera un mundo basado en el crecimiento espiritual interior del hombre sobre la base del autónomo estudio de sí mismo y de las siempre presentes, hasta hoy casi ignoradas, leyes de la naturaleza y no de la charlatanería de las instituciones religiosas y legislativas.
Quisiera un mundo humano y naturalístico, o sea, una humanidad activa, emprendedora, decidida e implacable en el objetivo; inteligente, sabia y consciente, ahora y una vez alcanzada esta meta.
[icon name='file-image-o' title='Media'] • Pinterest • • •
No se han encontrado comentarios