El alma en las neuronas
Ya hemos visto que el cerebro es física y química, pero las consecuencias de esos procesos físico-químicos son las ideas, y una idea recurrente entre los seres humanos es preguntarse si se mantiene algo después de la muerte. Los hombres y las mujeres están dispuestos a admitir el carácter inevitable de la muerte, y no les importa en exceso que sus átomos se desconecten, pero a duras penas pueden entender que todo concluya ahí: ¿la idea del yo es también cerebral? ¿Es también material químico? ¿La idea del yo puede desaparecer del cerebro?

Carl Zimmer admite que estas preguntas son inquietantes: Cuando observamos a alguien que padece la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de daño cerebral, realmente puede verse cómo el yo de esa persona desaparece: se destruye paulatinamente a medida que el cerebro se va destruyendo. Esto puede observarse perfectamente. Observando ese proceso, uno no puede forjarse la ilusión de una muerte súbita y pensar que el alma o el yo se vaya a otro lugar, como a través de una puerta. Cuando se observa a alguien que tiene Alzheimer, lo que se aprecia es que el yo, simplemente, se desintegra.

Lo que también puede apreciarse cuando se observa este tipo de dolencias es que el yo cambia… ¿Es que puede cambiar el alma? Una persona puede transformarse completamente si sufre una demencia: un conservador puede pasar a ser muy liberal, o puede comenzar a vestirse de un modo completamente distinto, o puede decidir hacerse pintor… De pronto, ya no parece la misma persona y apenas puede recordar su propio yo… o su yo anterior. De hecho, pueden estudiarse los cerebros de estas personas y se puede observar que se han producido cambios físicos en el cerebro que, a su vez, cambian a la persona, confirma Zimmer.

El yo es un concepto muy importante en Occidente y la simple idea de que el yo pueda desaparecer… causa estragos. Nuestra idea del yo es mucho más profunda que el simple reconocimiento de uno mismo. Los chimpancés también son conscientes de sí mismos y se reconocen en el espejo, pero nosotros, además de reconocernos, somos capaces de imaginar y generar convicciones. Algunas de estas convicciones pueden demostrarse y otras no pueden demostrarse en absoluto. ¿A qué categoría pertenece la idea del yo? ¿Es simplemente una convicción que hemos generado? ¿Es una idea imaginativa que supone que hay algo más que redes neuronales y neurotransmisores? ¿Cómo surgió esta idea del yo?

Carl Zimmer asegura que el cerebro actúa de un modo distinto cuando pensamos en nosotros mismos. (Se ha estudiado desde una perspectiva neurológica, a través de gammagrafías cerebrales). Hay ciertas regiones cerebrales que parecen coordinar un tipo especial de pensamiento al pensar en nosotros mismos .

Así que, en realidad, el yo es la manera especial que tiene el cerebro de identificar todo lo que tiene que ver con nosotros mismos. Y, sobre todo, el yo debe entenderse como un proceso o una organización cerebral. Al menos, así es como los científicos empiezan a considerarlo. Y cuando se altera esta red, empiezan los problemas del yo. Es entonces cuando la persona ya no se parece a lo que era, porque no puede retomar su memoria autobiográfica. Simplemente, la persona no recuerda quién es. Según Carl Zimmer, quizá la manera de regular las emociones al pensar en uno mismo también cambia y, por tanto, emocionalmente parece otra persona. Los científicos piensan así sobre el yo. Pero todavía quedan muchas cosas por entender. Como sugirió Einstein, la conciencia y el cerebro siguen siendo el gran misterio de la Humanidad.

Créditos
[icon name='user-md' title='Autore'] • Eduard Punset •
[icon name='envira' title='Sorgente'] • El alma está en el cerebro •
[icon name='file-image-o' title='Media'] • Pinterest •   •  •