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Esa mujer…

Esa mujer…
Llovía intensamente y hacía mucho frío. La helada de la mañana calaba los huesos, y el dolor del corazón solo hacía más cruenta esa tortura.
Luego de un fuerte baño caliente, Martín se acercó al espejo y se observó detenidamente. Sus ojos, heredados intensamente ⋯

La sorda tiranía

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Estas son la reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa junta […] sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo ⋯